abril 24, 2024

Si fuera mujer y tuviera que elegir números de guerra, Atilana y Garibalda Serían dos buenas opciones. Así se llaman las protagonistas de ‘La oscuridad de la tierra’, el debut literario de la actriz Elvira Mínguez, donde ambas libran una guerra sin cuartel por el poder, y además en el peor escenario para una confrontación civil, que es el de los vecinos. Aquel dicho de pueblo pequeño, infierno grande se queda corto ante el uso de odio, rencor, traiciones, miseria y venganzas que se sueden en las páginas del libro.

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Escribiendo con la sobriedad y la contundencia que empapan el trabajo actoral de su autora -siempre pensó que es nuestra Ana Magnani-, ‘La sombra de la tierra’ oficia como una galería de enfermedades humanas, Desmontando, entre otros, el tópico de que los padres siempre quieren bien a sus hijos. Y lo hace a caballo de uno de los grandes tabús de nuestra sociedad: los abusos sexuales infantiles en el seno de la familia. Ya lo descubren los lectores, pero el combustible que alimentó la mala sangre de estas dos mujeres nace precisamente en ese cenagal. Yes muy fuerte pensarlo, pero si ahora mismo resulta que ocho de cada 10 agresiones sexuales a menores las cometen personas -casi siempre, hombres- vinculados al ámbito familiar, ¿cómo es posible que no estemos a diario clamando al cielo en busca de soluciones? Y quien dice al cielo, dice a las instituciones ya toda la sociedad qu’aide à este drama dissimulando, hipócrita, tratando de cerrar los ojos ante una realidad que le incomoda profundamente.

Nunca olvidaré una entrevista hace tiempo en la radio, en la que una chica andalucia me explicó los abusos cometidos por un tío suyo Durante varios años y cómo la echaron de casa cuando lo denunció. «Te a cargado a la familia», esa fue la sentencia que el cayo encima. Hope that after la vida le haya sonreído y que nosotros algún día nos desembaracemos del absurdo pudor qu’a ella la dejó desprotegida. Dijo Elvira Mínguez hace poco: «Escribo para romper los silencios». A mí a veces me entra ganas de mameluco también otras cosas.