confirma que la Provincia y la Nación indemnizarán a la familia de una de las víctimas
La Cámara Federal de Bahía Blanca ratificó un fallo de primera instancia por la muerte de tres alumnos en una escuela en 2004.
La Cámara Federal de Bahía Blanca confirmó la condena de primera instancia contra el Dirección General de Educación y Cultura (DGCE) de la Provincia de Buenos Aires y del Estado Nacional por el crimen de tres estudiantes de la Escuela Secundaria 2 de Carmen de Patagones, el 28 de septiembre de 2004. El caso fue conocido como la «Masacre de Patagones».
Lo hizo al rechazando el recurso de apelacion presentado por la Fiscalía de Estado bonaerense y ratificar la vigencia del fallo de primera instancia, que había tragado la pretensión de los familiares de uno de los chicos baleados por Junior, su compañero de aula.
El 28 de septiembre de 2004, Rafael Juniors Solich, de 15 años, se convirtió en tres compañeros de universidad y otros cinco. The faltaba un mes para cumplir 16 años y fue declarado inimputable. Pasó por un instituto de menores y estuvo internado en una clínica psiquiátrica, y su paradero es hoy un secreto guardado por la Justicia.
El juzgado federal 2 de Bahía Blanca había hecho lugar a petición de Los familiares de Federico Ponceuna de las víctimas, y había condenado a ambas organizaciones a bonar, en partes iguales, $ 3.000.000 por daño moral y psicológico, $ 324.000 por tratamiento psicoterapéutico y psiquiátrico, $ 4.252.000,35 por incapacidad sobreviniente y $ 194.657 7 pérdida de suerte.
Las cifras, una vez que la sentencia quede firme, se actualizará para los interesados.
«Ni de la prueba producida ni de los dichos de la propia DGCE surge que la conducta del menor S. puede caracterizarse como impredecible e inevitable”, Fallaron los camaristas Pablo Esteban Larriera y Leandro Sergio Picado, desde la Sala II de la Cámara Federal de Bahía Blanca.
Destacaron que el cuerpo directivo, docentes, no docentes, y el equipo de orientacion escolar conocían la problemática del menorlos antecedentes de armas en la escuela (en otra ocasión ya se había llevado un arma y no se tomaron medidas) y la ausencia de adulto responsable en el aula (lo que surgía de las declaraciones testimoniales).
Agregaron que el propio padre del atacante concurrió en dos ocasiones a la escuela, solicité ayuda por las conductas de su hijo y se mostró preocupado y que de los informes del equipo de orientación escolar surgían otros hechos que no se tomaron con suficiente relevancia.
Bahía Blanca. Correspondiente
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