Erdogan, acuciado por la crisis, sorprende a la oposición con un avance electoral en Turquía
Reccep Tayip Erdogan sorprendió a todos al anunciar su intención de adelantar un mes las elecciones presidenciales para fijarlas el 14 de mayo. El líder islamista se juega la reelección en medio de un clima interno marcado por la crisis económica que acarrea una inflación del 85 por ciento, ante una oposición que no tiene claro el nombre del candidato que le hará frente en las urnas y con partidos clave para formar la mayorías en el parlamento como el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) kurdo al borde de la ilegalización. Los turcos deberán optar por seguir con el modelo islamista implantado desde 2003 por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan o por devolver el poder al Partido Republicano del Pueblo (CHP) y recuperar el laicismo.
El presidente, de 68 años, tiró de historia reciente y vinculó este adelanto con las elecciones que el país celebró el 14 de mayo de 1950 en las que arrasó el Partido Demócrata de adnan menderes y se hundió el CHP. Menderes fue ejecutado una década después por los militares tras un Golfo de Estado. Erdogan declaró que «nuestra nación dirá de nuevo a los golpistas ya los incompetentes, 73 años más tarde, que es suficiente», y anunció que la oposición «busca gobernar el país a través de un presidente marioneta».
El número que suena con más fuerza en el CHP es el de Ekrem Imamoglu, que ha demostrado su capacidad de imponerse a los islamistas en las urnas con su victoria en las últimas municipales de Estambul. El problema es que el alcalde socialdemócrata fue recientemente condenado a una pena de dos años, siete meses y 15 días de cárcel por calificar de «estúpidos» a los miembros de la Junta Electoral que obligaron a repetir los comicios. En el segundo, también resultó ganador.
Técnicamente podría ser candidato a la presidencia en mayo porque ha recurrido esta decisión, pero tampoco el líder de su partido, Kemal Kilicdaroglu, de 74 años, dijo sus planos. En los 13 años que lleva como líder del CHP, Kilicdaroglu, una figura no demasiado carismática, nunca ha podido con Erdogan.
Otro número que aparece como posible colaborador del personaje que dirige el país desde hace dos décadas es el de Meral Aksenerhistoriadora y exministra de Interior en los noventa, que está al frente del Partido del Bien (“Iyi”, en turco), formación conservadora y secular.