marzo 28, 2024

Kosovo dispara en el principal puesto fronterizo con Serbia y agrava la crisis entre los territorios | Internacional

Una carretera bloqueada por manifestantes serbo-kosovares es el miércoles en Rudare, cerca de la ciudad kosovar de Mitrovica.FLORIÓN GOGA (REUTERS)

Kosovo ha cerrado este miércoles su principal puesto fronterizo con Serbia tras varios meses de tensión entre Belgrado y su antigua provincia. La Unión Europea y Estados Unidos han manifestado horas después de su «preocupación» y han instado a las autoridades serbias y kosovares a trabajar de forma «immediate» y «sin condiciones» para lograr una desescalada, así como a tratar de alcanzar un «acuerdo político «Que ponga fin a la oleada de enfrentamientos vividos desde hace más de un año a causa de la nominada crisis de las matrículas. También la misión de la OTAN en Kosovo, KFOR, ha instaurado a las dos partes a seguir cumpliendo sus acuerdos.

«El tráfico en el puesto fronterizo de Merdare está cerrado a la entrada y la salida», informó el miércoles el Ministerio del Interior de Kosovo. Prístina argumentó que la decisión responde a las barricadas instaladas en territorio serbio, a unos dos kilómetros del paso fronterizo. Desde la noche del martes, un grupo de 50 personas bloquearon con camiones y tractores la carretera serbia hacia Merdare, en apoyo a los serbokosovares que desde hace 19 días mantienen en otras barricadas en varias zonas del norte kosovar. Los manifestantes acusan al Gobierno kosovar de discriminarlos y obligar sus derechos. Otros dos puestos fronterizos de menor importancia, los de Jarinje y Brnjak, ya fueron cerrados hace unos días. Todavía quedan tres pasos abiertos entre los dos territorios.

«Llamamos a todas las partes a ejercer el máximo de contención, a actuar de inmediato para rebajar la situación sin condiciones ya abstenerse de provocaciones, amenazas o intimidaciones», reclaman en un comunicado conjuntamente Tengo los portavoces de la oficina del alto representante de Para Política Exterior de la UE, Josep Borrell, y del Departamento de Estadounidense. “Espero que Kosovo y Serbia hayan fomentado un entorno que permita la reconciliación, la estabilidad regional y la cooperación, por el bien de nuestros ciudadanos”, añade en este texto difundido tras el cierre fronterizo.

Kosovo, que declaró unilateralmente su independencia en 2008, y Serbia, que no reconoce haber conocido antigua provincia como Estado independiente, llevan más de un año enfrentados por la crisis de las matrículas, cuyo origen es el rechazo de la minoría serbia en Kosovo à repemplazar las matrículas expedidas por Belgrade por otras de Prístina, como reclaman el Gobierno kosovar. La crisis ha obligado desde el verano de 2021 a intervenir, en varias ocasiones, al propio Borrell. En las finales de noviembre, los negociadores serbios y kosovares lograron un acuerdo in extremis de modo que Belgrado ya se ha comprometido a expedir nuevas matriculaciones con denominaciones de ciudades kosovares y, en Cambio, Prístina ha renunciado a multar a los vehículos serbokosovares no matriculados con su colocados. Al contrario que en otras ocasiones, no se fijó un nuevo plazo que pudiera condicionar otra vez las negociaciones para resolver la disputa de una vez por todas.

No obstante, la tensión siguió latente y volvió a desaparecer tras la detención, el 10 de diciembre, de un expolicía serbokosovar —cientos de funcionarios de la minoría serbia en Kosovo habían dimitido el mes anterior en el marco de la disputa de las matrículas— acusado a han atacado a nuestros agentes kosovares durante una protesta. Su detuvo los bloqueos de carreteras en el norte de Kosovo que duran hasta hoy y han provocado la última escalada.

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Apenas el pasado domingo se registró un tiroteo no claro en una de las áreas bloqueadas, en la localidad de Zubin Potok, en el norte de Kosovo, el presidente serbio, Aleksandar Vucic, envió a su jefe del Estado Mayor, Milan Mojsilovic, a la frontera francesa. Un día después, posiblemente poner en estado de «alerta máxima» al ejército serbio. Por su parte, el primer ministro kosovar, Albin Kurti, responsabilizó a supuestos «criminales apoyados por Belgrado» de las barricadas y este mismo miércoles había reiterado su enamenaza de recurrir a la fuerza para eliminar las si KFOR, la mission de la NATO en Kosovo, no intervendría rápidamente con el mismo objetivo, informó Efe. Este miércoles, el Gobierno ha instaurado a los manifestantes serbokosovares a retirar las barricadas y les ha asegurado que tienen garantías de la UE y de Estados Unidos de que no serán arrestados ni procesados ​​por las protestas de los últimos días.

En su comunicado de prensa, Bruselas y Washington aseguran que están trabajando con Vucic y Kurti para «encontrar una solución política» que pueda rebajar las tensiones y permitir «acordar une vía adelante en interés de la estabilidad, seguridad y bienestar de todas las comunidades locales» . En este sentido, saludan las garantías que dicen haber recibido de Prístina acerca de que «no existen listas de ciudadanos serbokosovares para ser arrestados o procesados ​​por protestas pacíficas o barricadas». Al final, subrayó la necesidad de «respetar el Estado de derecho» y declaró que «cualquier forma de violencia es inaceptable y no será tolerada».

En un considerado gesto conciliatorio, el abogado del expolicía serbokosovar arrestó a comienzos de mes había adelantado este mismo miércoles a la emisora ​​​​​​​​Radio Free Europe que su cliente va a ser puesto bajo arresto domiciliario en vez de continuar en prisión preventiva. «Me interesa saber quién es el fiscal que lo ha pedido y quién es el juez que tomó la decisión», dijo poco después Kurti, según el portal koha.

Por su parte, la KFOR ha establecido un «seguir cumpliendo» los acuerdos pactados en las dos partes. Estos, según ha grabado en otro comunicado, implican que las fuerzas militares serbias deben informar al mando de la OTAN si se acercan a menos de mil metros de la frontera administrativa con Kosovo, mientras que las kosovares deben recibir un permiso del comandante de la KFOR para desplegarse en el norte de su territorio. “La KFOR debe estar atenta a aumentar la situación en el terreno y las actividades en el extremo más alejado de la frontera y el diálogo para enfrentar un acuerdo y la tensión en el norte de Kosovo”, asevera la fuerza internacional, que tiene casi 4.000 efectivos desplegados en la provincia de antigua en serbia.

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