Marjorie Taylor Greene, un Donald Trump sin filtro

La representante republicana Marjorie Taylor Greene en Washington el 15 de noviembre de 2022.

Hizo falta mucha imaginación para prever que algún día Marjorie Taylor Greene encarnaría una forma de compromiso dentro del Partido Republicano. Este pirómano político, elegido desde Georgia para la Cámara de Representantes, es la encarnación más brutal y ambiciosa del movimiento Make America Great Again (MAGA), el eslogan de Donald Trump. Ferviente defensora del expresidente, toma fuego antes que diálogo, oprobio antes que argumento.

Sin embargo, durante la crisis abierta que se produjo entre el 3 y el 6 de enero en la Cámara con motivo de la accidentada elección de Kevin McCarthy como orador, Marjorie Taylor Greene se puso del lado del candidato, en contra de algunos de sus amigos MAGA. Ella, la transgresora conspiradora de 48 años, siempre lista para pisotear las convenciones, apoyó al canoso representante de la política tradicional como siempre se ha practicado en Washington.

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¿Conversión? ¿Signo de madurez? Ciertamente no. Marjorie Taylor Greene tiene una agenda: ella misma. En octubre, en un retrato publicado por la Revisión del New York Timesella dijo esto, sobre McCarthy: “Creo que para convertirse en el mejor orador de la Cámara y satisfacer a la base, tendrá que darme mucho poder y mucha libertad de acción. » Todo fue dicho. Se forjó un pacto de intereses entre estos dos personajes perfectamente contradictorios.

Marjorie Taylor Greene tiene a sus compañeros trumpistas acusados, oponiéndose a la designación de Kevin McCarthy, para ser «destructores». Pero nada los distingue de ellos, si no una estrategia diferente en los albores de esta nueva mayoría republicana, resultante de las elecciones de medio término. Una increíble foto inmortalizó al representante electo de Georgia en el punto álgido de la crisis del Congreso, el 6 de enero, cuando Kevin McCarthy llegó a fallar en los 14mi torre de votación Entrega su computadora portátil con el brazo extendido para pasársela a su colega Matt Rosendale, uno de los últimos rebeldes. El dispositivo mostraba el nombre de su corresponsal: “DT”. Donald Trump, plantado frente a su televisor en Mar-a-Lago, Florida, habló desde la distancia para pedir a sus seguidores que detuvieran la humillación.

Una vez conseguida la victoria, Marjorie Taylor Green fue la primera en posar junto a Kevin McCarthy. Su candidato al trofeo. Este apoyo se vio rápidamente recompensado, a partir del 18 de enero, con un puesto en la comisión de codicia de seguridad interna, lo que le permitirá, en particular, acceder a información clasificada.

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