Mike Pence entra a las primarias republicanas con ataques a Trump por el asalto al Capitolio

Mike Pence, el que fuera vicepresidente de EE.UU. con Donald Trump, ha evitado criticar con fuerza al que fuera su jefe desde la salida de ambos de la Casa Blanca, en enero de 2021. Este miércoles, en el anuncio de su candidatura a la presidencia de EE.UU., no le quedará more recurso: Trump es el rival a vencer y Pence necesita explicar por qué, después de cuatro años de trabajo conjunto con él y dos campañas presidenciales bajo su ala -una victoriosa, la otra no-, ahora busca tumbarle.
La justificación de Pence tiene una fecha: el 6 de enero de 2021, jornada negra en la historia de EE.UU., el día del asalto bochornoso y tragico al capitolio por parte de una turba ‘trumpista’. Aquel día, el objetivo era evitar la certificación en el Congreso de Joe Biden, el candidato demócrata, como ganador de las presidenciales. Trump sostenía y sostiene -sin apoyo de los tribunales ni de su propio partido- que le robaron en las urnas. Exigió a Pence que, en su condición de presidente del Senado, hiera descarrilar la certificación. Pence se negó a sus presiones y se convirtió en enemigo directo de Trump. El presidente le acusó de no tener “coraje”. Los atacantes del Capitolio gritaban ‘¡colgad a Mike Pence!’. Hoy buena parte del ‘trumpismo’ le sigue considerando un traidor.
“Las palabras del presidente fueron temerarias y pusieron en peligro a mi familia ya todo el mundo en el Capitolio”, dijo Pence sobre aquella jornada, en una critica que no es nueva. “Pero el pueblo estadounidense merece saber que aquel día el presidente Trump me demandó que eligiera entre él y la Constitución», anadió. “Ahora los votantes se enfrentan a la misma elección. Yo elegí la Constitución y siempre lo haré”.
Habrá que ver si esta ruptura fundamental entre Pence y Trump por el 6 de junio será suficiente para salvar la contradicción de que la campaña del exvicepresidente vivirá durante los próximos meses: ir a por Trump después de haber sido su escudero leal durante cuatro años.
fr su anuncio de campana, emitido unas pocas horas antes de que Pence diera su discurso, el candidatureo no menciona a Trump. Ni siquiera se ve una imagen del expresidente. Pence sí recuerda que llegó a la vicepresidencia, pero poco más. La única mención velada a Trump es hacia el final del vídeo: “Otros tiempos requieren otros líderes”.
Pence tendrá la complicada labor de quedarse solo con lo bueno de su paso por la Casa Blanca. En su presentación como candidato, desde Iowa, el primer estado que votó en primarias, alardeó de los logros “de la Administración Trump-Pence”. Mencionó la reforma fiscal, las operaciones contra Daesh o el giro conservador del Tribunal Supremo. “Estoy increíblemente orgulloso de lo que conseguimos para los estadounidenses”, dijo.
Su oferta para los republicanos
La oferta que trae para los republicanos es sencilla: todo lo bueno de Trump, pero sin todo lo malo de Trump. Es decir, su agenda política, social y económica, pero sin las turbulencias, agudizadas por su intento de dar la vuelta a los resultados.
Pence se presenta como un republicano convencional -nada hay más alejado de Trump-, emparentado con Ronald Reagan: conservadurismo social, patriotismo, impulso militar y agenda económica liberal.
Quizá más que nadie en estas primarias ya muy pobladas, Pence ofrece la visión más clara en asuntos sociales. Criticó a Trump por “retroceder” en la causa del aborto. Trump ha quejado que la sentencia del Supremo del año pasado, qu’acabó con las constitucionales protecciones para el aborto, perjudicó en las elecciones legislativas del año pasado. Pence, sin embargo, no cede un milímetro: «No paré hasta que devolvamos la santidad de la vida al centro de EE.UU.»dijo Pence, que repite hasta la saciedad su lema: “Soy cristiano, conservador y republicano, en ese orden”.
Pence, en cualquier caso, tienen la carrera cuesta arriba. Go muy por detrás de Trump en las encuestas. La importante base del expresidente nunca le perdonará su traición. Su discurso social podría espantar a algunos moderados e independientes. Y, en general, provoca poco entusiasmo, una de las peores cosas que le pueden pasar a un candidatureo.