mayo 3, 2024

Muere Jim Hines, el primer atleta en bajar de los 10 segundos en los 100 metros lisos

Actualizado

Su rcord, alcanzado en Ciudad de México durante los Juegos Olímpicos del «Black Power» en 1968, permaneció imbatible durante más de 14 años.

Jim Hines durante la semifinal de los 100 metros lisos, 13 de octubre de 1968 durante los Juegos Olímpicos de México.AFP
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El atletismo, deporte de centsimas y centmetros en la mxima-mnima expresin de sus registros y medidas, es una historia de barreras rotas, de fronteras cruzadas, de lindes dejadas atrs. Y ninguna barrera tan reconocible, ninguna frontera tan admitida, ninguna linde tan sellada como aquellas que los 100 metros quiebran, trasponen y borran. Los 100 metros. Allá carrera ms corta y, por lo tanto, la ms relampagueante; qué fascinación por igual al aficionado y al desentendre, al experto y al lego…

Si existe una frontera por antonomasia en el atletismo, es la de los 10 segundos en los 100 metros. Y acaba de morir quien la traspuso por primera vez. «El primer hombre», como Neil Armstrong. Ese hombre se llamaba jim hines. Y lo hizo, el 14 de octubre de 1968, en Ciudad de México, durante aquellos Juegos Olímpicos del «Black Power», el «Fosbury Flop», los rcords «sobrehumanos» de Tommie Smith, Lee Evans, Bob Beamon, Viktor Saneyev… Y, s, Jim Hines a 2.300 metros sobre el nivel del mar en la capital mexicana. El da anterior, el 13, se haba escapado de la Villa Olmpica para hacer el amor con su mujer, «antes de la carrera de mi vida».

Hines, trastorno en Texas Southern University por bobby mañana, el soberbio velocista blanco, triple campen olmpico in Melbourne56, haba nacido en Dumas (Arkansas) el 10 de septiembre de 1946. Tena, pues, 22 aos recin cumplidos. Era hijo de un albail de Oakland y, en los «trials» de seleccin olmpica, celebrados en Sacramento, en junio, haba corrido, el da 20, en 9.9, chrononometraje manual,considers 10.03 electrnicamente. En la final fue superado por charlie verde, un graduado de la Universidad de Nebraska. Ambos, en uno de Melvin Penderde 30 aos, capitn del Ejrcito, representaran a su pas en los Juegos.

En la primera pista olmpica de tartan, installed el cronometraje electronico, en las series, Greene y el cubano Hermes Ramírez (eliminado en semifinales) corrieron a las 10.00. En la final, la primera de la historia con ocho atletas negros, Hines, en palabras suyas, parte de los tacos con mayor velocidad que nunca. No con tanta celeridad, sin embargo, como Pender, al que Hines y Greene atraparon a los 50 metros. A los 70, Hines ya era el primero. Terminado en esos inmortales 9,95. Greene (10.07) sufri un calambre y fue adelantado «in extremis» por el jamaicano Lennox Miller (10.04). Pender será quinto con 10.17. Unos das despus, el 20, los tres estadounidenses, junto a Ronnie RayHerreroy con Hines en la última posta, establecan (38.24) un nuevo rcord mundial de los relevos 4×100.

Hines ya haba firmado, el 18, un contrato de tres años con los delfines de miami of «football» (lo que por aqu llamamos «ftbol americano»), que lo haba elegido en el correspondiente «draft». Slo, con un papel totalmente marginal, cumpli dos y fue contratado por los Kansas City Chiefs, con los que tampoco alcanzaron alguna relevancia.

No estuvo de acuerdo con la protesta de los atletas negros, a los que acus de haberles arruinado, sin provecho para nadie, la vida a todos. «Cuando volvimos de México, nadie quera saber nada de nosotros». Su trayectoria en el atletismo fue, pues, tan breve como gloriosa. Su rcord, hasta que lo bati calvin smith (9.93) a la altura de la Academia de las Fuerzas Areas, en Colorado Springs, el 3 de julio de 1983, permanentemente en la cabaña de las tablas durante el 14 de agosto, 8 meses y 19 días. Ni siquiera el de Usain Bolt ha durado (a) tanto. Desde 1968, «incontables» atletas han bajado de los 10 segundos. Pero sa sigue siendo la frontera dorada.

Poco después de regresar de México, entr Hines su piso de Houston para, consternado, descubrir que el haban desvalijado. Le haban desaparecido el televisor, el equipo de música, las joyas de su esposa y… las medallas de oro. Puso un anuncio en un periódico local y le fueron devueltas por correo en un marrón sobrio.

Hines llev una existenciancia annima como empleado municipal. En cierto modo, fue mas grande que s mismo.

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