Naufragio deja al menos 59 muertos frente a Italia

En verano, la playa de Steccato di Cutro (Italia) ofrece sus aguas cristalinas y arena fina a los veraneantes, ávidos amantes del kitesurf. El domingo 26 de febrero al amanecer, esta playa situada en el sur de Calabria se convirtió en un teatro de terror. Al menos 59 personas se han ahogado después de que su barco, un pesquero de madera, se partiera en dos bajo la fuerza de las olas tras chocar contra un banco de arena. Entre las víctimas, se describen al menos catorce niños, incluido un recién nacido.

Según la prefectura de Crotone (sureste), entre 150 y 180 personas de origen pakistaní, afgano o turco habían abordado la embarcación. Migrantes que partieron cuatro días antes del puerto de Izmir, Turquía.

Según un informe de la guardia financiera -la policía aduanera italiana- la embarcación había sido avistada por un avión de Frontex, la agencia encargada de controlar las fronteras exteriores de la Unión Europea (UE). Entonces se habían enviado dos barcos de salvamento italianos; el mal tiempo los obligó a dar marcha atrás.

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Este nuevo naufragio causó una fuerte emoción en Italia. La presidenta del consejo, Giorgia Meloni, habló sobre «su profundo dolor» en un comunicado, mientras que el presidente de la República, Sergio Mattarella, lamentó “una enésima tragedia en el Mediterráneo que no puede dejar indiferente a nadie”.

Europa llamada a sus responsabilidades

El ministro del Interior, Matteo Piantedosi (Liga, extremo derecho) viajó a Crotone el domingo por la tarde. Durante una rueda de prensa, se limitó a mostrar que este nuevo naufragio no hizo más que confirmar la vigencia de su política, empezando por su deseo de frenar las salidas. “El tema son las salidasmartilló, como si el problema pudiera resolverse animando a toda esta gente a venir, incluso en condiciones dramáticas como acabamos de ver. »

Ante esta supuesta línea dura, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) abogó por el fortalecimiento de las capacidades de rescate. “Esto es más necesario que nunca en un contexto histórico caracterizado por personas impulsadas a huir del conflicto y la persecución”, explicó su representante para Italia, Chiara Cardoletti.

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La onda expansiva cruzó rápidamente las fronteras italianas, la clase política se volvió casi unánimemente hacia Europa, llamándola a sus responsabilidades. “Es hora de que Europa esté realmente presente, unida y solidaria para gestionar y controlar los flujos migratorios”, comentó, en Twitter, el expresidente del consejo y mecenas del Movimiento 5 estrellas (populista), Giuseppe Conte. El líder de Sinistra (izquierda), Nicola Fratoianni, ha pedido el establecimiento de una misión SAR -búsqueda y rescate- a nivel europeo. Del lado de la Iglesia Católica, muy involucrada en la acogida de migrantes, el cardenal Matteo Zuppi, presidente de la conferencia episcopal deseó “que Europa esté a la altura de sus tradiciones de defensa de la persona y de acogida de las personas”.

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