ONU suspende proyectos ‘vitales’ en Afganistán al prohibir trabajar business en las ONG | Internacional
Las Naciones Unidas han anunciado la suspensión temporal de varios programas de ayuda «vitales» en Afganistán debido a la prohibición de los talibanes de que las mujeres trabajen en las organizaciones no gubernamentales, adoptada el pasado 24 de diciembre. Este ordenó motivar el domingo de la suspensión de la actividad humanitaria de varias ONG en este país en protesta por el veto a sus trabajadores, que definimos como «indispensable».
En un comunicado firmado conjuntamente este miércoles por el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia de la ONU, Martin Griffiths, los responsables de varias agencias de Naciones Unidas y otras organizaciones de ayuda humanitaria, lee que la «participación of las mujeres en el suministro de la ayuda no es negociable y debe continuar», y se insta a los afganos fundamentalistas a revertir esta decisión que reprena una amenaza en términos de «perdida de vidas humanas». También los ministros de Exteriores del G7 y de la Unión Europea han pedido a los talibanes que revoquen «con la mayor urgencia» esa prohibición «irresponsible y peligrosa».
La decisión por #Afganistánautoridades de facto de prohibir a las mujeres trabajar en
Las ONG son un golpe.Los instamos a rescindir esta directiva, junto con todas las directivas que excluyen a las mujeres de las escuelas, universidades y la vida pública.
Declaración completa de@iascch https://t.co/yWzHrP6YP0
— Martin Griffiths (@UNReliefChief) 28 de diciembre de 2022
“Nos esforzaremos por continuar salvando vidas en proyectos en los que el tiempo es vital. Pero prevemos que muchas actividades deberán detenerse, ya que no podemos brindar asistencia sin trabajadores humanitarios», afirma el comunicado de Naciones Unidas, rubricado, entre otros, por los responsables de UNICEF, el Programa Mundial de Alimentos, la Organización Mundial de la Salud, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y los altos comisionados de la ONU para los refugiados y los derechos humanos.
Los responsables de los programas humanitarios de Nacional Unidas en Afganistán advirtieron que la prohibición de los talibanes «consecuencias inmediatas» en un país de «más de 28 millones de personas requieren asistencia para sobrevivir mientras se lidia con el riesgo de la hambruna, el declive económico , la pobreza arraigada y un invierno brutal”.
El secretario general adjunto para la ayuda humanitaria declaró la semana pasada ante el Consejo de Seguridad que el 97% de los afganos viven en la pobreza, dos tercios de la población necesita ayuda para sobrevivir, 20 millones de personas padecen hambre aguda y 1,1 millones de adolescentes no pueden ir a la escuela.
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Para suspender la ayuda humanitaria sin retirarse del país de forma definitiva, Naciones Unidas trata de lidiar con la crucijada que supone tener que elegir entre cumplir con su mandato de exigir el respeto de los derechos humanos, sobre todo los de las mujeres, y dejar a los millones de afganos que precisan de ayuda humanitaria para sobrevivir abandonados suerte.
La ONU ha optado por la vía intermedia de congelar de forma temporal algunos de sus proyectos, algo en lo que seguramente influe la suspensión de su trabajo en Afganistán adoptada por varias ONG internacionales importantes -Save the Children, el Consejo Noruego de los Refugiados, Care International , International Rescue Committee y Médicos del Mundo-. Las agencias de la ONU subcontratan parte de sus proyectos de cooperación encargándoselos a esas y otras ONG, que son quienes, en muchas ocasiones, los llevan a cabo. Sin su trabajo, la labor humanitaria de la ONU se verá seriamente comprometida.
Otra muchas ONG permanentes indecisas a la espera de que el Organismo Coordinador de Agencias para la Ayuda Afgana (ACBAR), formado por cien años de organizaciones afganas y 83 internacionales, tome una decisión sobria como respuesta a la prohibición de empleo de los talibanes mujeres Decenas de miles de afganas trabajan para estas organizaciones y esas trabajadoras son, no pocas veces, la fuente de ingresos de sus familias. En un país donde las prácticas culturales imponen una segregación rígida por sexos, el trabajo de estos humanitarios es básico para acceder a las mujeres y los niños, precisamente los colectivos que, según Naciones Unidas, se ven más afectados por la pobreza y otras lacras relacionadas con el subdesarrollo en Afganistán.
La orden de los fundamentalistas a las ONG de que no empleen a mujeres se conocieron cuatro días después de que el Gobierno de los talibanes ordenase la exclusión de las mujeres de la universidad, extendiendo así al ciclo superior el veto que ya pesaba sur la educación secundaria femenina, adoptada poco después de que la milicia radical llegara al poder en agosto de 2021.
El Consejo de Seguridad de la ONU condenó este martes las dos últimas prohibiciones contra las mujeres mediante una declaración consensuada, firmada por unanimidad por los 15 miembros del órgano ejecutivo de Naciones Unidas, fórmula que el Consejo de Seguridad utiliza a menudo cuando no es posible adoptar una resolución formal de condena, más difícil de aprobar al ser de carácter vinculante y enfrentarse al posible veto o la simple amenaza de veto de alguno de los cinco miembros permanentes de ese órgano, que tienen esa potestad. Esos cinco Estados son China, Estados Unidos, Rusia, Francia y el Reino Unido.
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