abril 20, 2024

«Para los fabricantes de microprocesadores, subvenciones masivas pero sujetas a condiciones»

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Il ingeniero y empresario Gordon Moore, fundador de Fairchild Semiconductor en 1957 y luego de Intel diez años después, estaría encantado de que sus «chips» hubieran cobrado tanta importancia, él que ya quería hacer Estados Unidos, en medio del Frío. War, líder en la naciente industria de los microchips. se han convertido en un “problema de seguridad nacional” para Joe Biden ante una China que intenta ponerse al día en el diseño y fabricación de microprocesadores de última generación.

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Ley I: el presidente estadounidense promulgó, en agosto de 2022, la «Ley de chips y ciencia», una ley que prevé 53.000 millones de dólares (50.000 millones de euros) en ayuda para reducir la dependencia de los proveedores de chips taiwaneses y coreanos, a menudo «hechos en China». , necesario para los teléfonos inteligentes de Apple como los aviones F-35 de Lockheed Martin. Acto II: la ministra de Comercio, Gina Raimondo, precisó, el martes 28 de febrero, fecha de entrada en vigor de la ley, en qué condiciones se otorgará el dinero de los contribuyentes estadounidenses, recordando su objetivo: “Que Estados Unidos sea el único país donde se ubiquen todas las empresas capaces de producir chips de última generación a gran escala. »

Será un toma y daca, advirtió, dibujando lo que debería ser la reindustrialización de Estados Unidos a los ojos de la administración. Primero, una forma de evitar que China gane la batalla tecnológica. Los beneficiarios de las subvenciones deberán comprometerse durante diez años a no realizar nuevas inversiones en alta tecnología en “país de interés”, para realizar investigaciones o concederles licencias. No se menciona al Reino Medio, pero es a él a quien se apunta, junto con Rusia, Corea del Norte e Irán. El Pentágono tendrá acceso privilegiado a los chips más avanzados.

Templar los excesos

“Si las empresas no cumplen con nuestras expectativas de seguridad nacional, no apoyamos sus proyectosinsistió m.A mí Raimundo. Deben cumplir con las normas de control de exportaciones. » No será el primero. Washington ya ha impuesto a la holandesa ASML, el único fabricante mundial de máquinas para grabar chips de unos pocos nanómetros por láser ultravioleta, que no venda sus últimas producciones a China; y la TSMC taiwanesa dejarán de suministrar al gigante chino de telecomunicaciones Huawei.

Las demandas del Sr. Biden no se detienen ahí. La reindustrialización del país debe, según él, atemperar los excesos del capitalismo. Las empresas beneficiarias de estas ayudas abonarán al Estado parte de los beneficios cuando sean superiores a lo esperado, se limiten las recompras de acciones para potenciar su titularidad y el pago de dividendos. Para recuperar una mano de obra que tanto falta en este sector como en otros, los empleados se beneficiarán de formación continua y guarderías asequibles para sus hijos.

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