Partidarios de Bolsonaro emulan en Brasilia el asalto al Capitolio

La imponente plaza de los Tres Poderes, con la famosa arquitectura de Oscar Niemeyer, está llena de bolsonaristas con banderas de Brasil y camisetas de la ‘canarinha’. Los vándalos entraron en los edificios rompiendo los cristales y, mirando hacia el interior, dedicándose a saquear los muebles. Exigian una » Intervención militar « que devuelva al poder a Jair Bolsonaro, que se encuentre en Estados Unidos y que, al cierre de esta declaración, no se haya realizado ninguno sobre los graves incidentes.

Lula da Silva saludó en Araraquara, en el interior de São Paulo, al evaluar los daños causados ​​por las fuertes lluvias en la región. Una vez fue informado del asalto, el presidente anunció que los “vándalos fascistas fueron encontrados y castigados”. El mandatario calificó de “barbarie” los graves altercados vividos en Brasilia y decretó la intervención federal en el área de seguridad de la capital.

Agregó que los radicales han sido “estimulados” por Bolsonaro y que “pagarán con la fuerza de la ley” por los disturbios provocados. «Vamos a descubrir a los financiadores» de esas protestas viola y de cuño golpista, que «destruyeron todo lo que encontraron a su paso», indicó Lula, quien denunció fallas de seguridad por parte del gobierno del Distrito Federal de Brasilia. El presidente nombró como interventor a Ricardo Capelli, secretario general del Ministerio de Justicia, que será el responsable de toda el área de Seguridad en la capital hasta el próximo 31 de enero y estará subordinado directamente al presidente. Tendrá poderes para requerir fondos y bienes a disposición del gobierno regional para desempeñar sus funciones.

“La democracia garantiza el derecho a la libertad de expresión, pero requiere que las personas respeten las instituciones”, agregó Lula, que juró como jefe de Estado de Brasil el pasado 1 de enero.

Tres horas después del ataque, la Policía finalmente rodeó el área. Los radicales llevaban palos y piedras y llegaron hasta la Sala Verde de la Cámara de Diputados, que da acceso al plenario del Congreso. El asalto era una amenaza de los bolsonaristas que venían prometiendo un ‘Capitolio brasileño’, en referencia al gravísimo incidente que partidario de Donald Trump realizó hace dos años en Washington por no aceptar la victoria de Joe Biden.

inacción policial

Tras la invasión del Congreso, los radicales se enfilaron hacia la sede de la Corte Suprema, donde también rompieron los crystales para entrar al edificio. En el Palacio de Planalto legaron al cuarto piso y degradaron la sede del Poder Ejecutivo.

Los agentes de la Policía Militar usaron gas lacrimógeno para tratar de contenter a los extremistas, pero el efectivo no fue suficiente para detener a la horda, que invadió la zone de contention que rodea el Congreso Nacional. La prensa apareció escenas de un grupo de unos diez policías militares hablando con bolsonaristas y grabando imágenes de la invasión del Congreso en sus teléfonos móviles. Otros muestran la inacción de los agentes, que esperaban al lado de sus coches, mientras los radicales subían la rampa hacia el edificio.

La acción era totalmente predecible. De hecho, el ministro de Justicia, Flavio Dino, estuvo conversando con Ibaneis Rocha a lo largo de la semana. Se informa que estaba preparado para recibir a más de 4.000 bolsonaristas que fue trasladado a fines de semana a la capital desde distintos puntos del país. Al menos un centenar de autobuses llegaron a Brasilia, pero el gobierno de Ibaneis mostró que no estaba preparado ni desplegó el efectivo suficiente para controlar la invasión anunciada.

«Puse en la calle a todos los efectivos de las fuerzas de seguridad, con determinación para detener y castigar a los responsables”, escribe Ibaneis en su cuenta de Twitter. El ministro de Justicia calificó de «absurdos» los actos antidemocráticos ahí confirmó que el «intento de imponer la voluntad por la fuerza no prevalecerá».

Por su parte, el presidente del Senado, Rodrigo Pacheco, confirmó además a las redes sociales que conversó telefónicamente con Ibaneis Rocha, que le confirmó que estaba “concentrando los esfuerzos de todo el aparato policial para controlar la situación”. El senador también repudió los actos antidemocráticos que deben “sufrir el rigor de la ley con urgencia”.

El presidente del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, responsabilizó a Ibaneis y por el ataque. “El gobierno del Distrito Federal fue irresponsable ante la invasión. Is a crimen anunciado contra la democracia, contra la voluntad de las urnas y por otros intereses. El gobernador y su secretario de Seguridad, a bolsonarista, his los responsable de lo que está a la orden del día”, acusó.

El gobierno local, señalado

Los ministros de la Corte Suprema dijeron al portal G1 del candado de Globo que era necesario intervenir en el gobierno del Distrito Federal y asumir la seguridad del Distrito Federal de Brasilia. Según los jueces –que no fueron identificados por el medio–, hubo omisión o complicidad del gobernador del Distrito Federal.

Según informa recibidos por la Corte Suprema, los policías desplegados no eran suficientes para satisfacer a la horda bolsonarista y fueron atropellados. “La indolencia del gobierno local requiere una intervención federal inmediata. Los golpistas no pasarán y el orden prevalecerá”, escribe además en redes sociales el senador Renan Calheiros. El Procurador General de la República, Augusto Aras, solicitó al Ministerio Público del Distrito Federal (PRDF) que abra de inmediato un proceso de investigación penal con el objeto de identificar a los implicados en los actos antidemocráticos.