mayo 4, 2024

Qué sabemos de la huella bacteriana de la endometriosis: ¿esperanza o falsa ilusión?

El pasado 14 de junio difundió un estudio, dirigida por la Dra. Yukata Kondo, de la Universidad de Nagoya (Japón), quien informó de una infección bacteriana con origen en la endometriosis. Es el mismo día, la revista Naturaleza publicó una reseña de su trabajo. Y desde entonces, numerosos medios de comunicación se han hecho eco de los resultados, con titulares que invitan a leer su contenido con curiosidad y esperanza.

No es para menos: la endometriosis siendo por tanto una patología bastante desconocida que presenta importantes implicaciones sociales, económicas y de salud pública. Sus muchas las mujeres afectaron (unos 200 millones en el mundo), con importantes repercusiones en su calidad de vida y capacidad reproductiva.

El tratamiento actual solo tiene un carácter paliativo y está dirigido principalmente a combatir el dolor y la infertilidad. Así, conocer sus orígenes se trata de un retorno que permitirá identificar y desentrañar acciones preventivas y nuevas terapias más eficaces.

Un origen incierto

La endometriosis produce por el crecimiento del endometrio (capa superficial del útero) en otras partes del cuerpo, lo cual puede generar lesiones que causen dolor y disfunción en diversos órganos.

Se han propuesto varias hipótesis para explicar su origen, incluida la menstruación retrograda (acceso de sangre menstrual con células endometriales a la cavidad pélvica a través de las trompas de Falopio), la metaplasia celómica (transformación de células peritoneales en endometriales por algún estímulo) o la presencia de müllerianos restaurantes (ubicación extrauterina del tejido durante el desarrollo fetal).

No obstante, sólo admitir uno origen multifactorial asociados a elementos genéticos, ambientales e inmunológicos. Participación en la microbiota y disfunción inmune están recibiendo cada día un mayor soporte científico.

¿Qué aporta el nuevo estudio?

La nueva investigación, que ha empleado técnicas muy complejas y punteras, describe una mayor presencia de la bacteria Fusobacterias nucleadas en el endometrio de mujeres afectado por la patología, aunque no propone una explicación par ello. Sin embargo, los científicos no encontraron bacterias del género Erisipelade eso otros autores ya habían descrito una representación aún mayor que de fusobacteria en este tipo de muestras.

Kondo y sus colaboradores proponen que la presencia de F.nucleatum en el endometrio activando la respuesta inmune, en la que los macrófagos M2 (un tipo de célula defensiva) estimulan la diferenciación de fibroblastos a miofibroblastos. Entonces, los miofibroblastos (células protagonistas en la cicatrización y relacionadas con la fibrosis) pueden proliferar y migrar, favoreciendo la supervivencia del endometrio fuera de la cavidad uterina y provocando así la endometriosis.

El equipo de la Universidad de Nagoya anunció que la presencia de F.nucleatum agravó la endometriosis inducida en los ratones, y que la enfermedad mejoró con el tratamiento con los antibióticos metronidazol y cloranfenicol.

Cautela ante los resultados

Sin embargo, antes de levantar las campanas al vuelo, conviene señalar algunas limitaciones importantes que lastran estas concluidas.

En primer lugar, el estudio se realizó en un grupo de 155 mujeres, 79 con endometriosis y 76 que conforman el grupo control. Los individuos sanos no podían ser la referencia, pero en el grupo de control de este trabajo había una mezcla heterogénea de pacientes que presentaban, en su mayoría, una o más patologías ginecológicas.

Asimismo, intentaremos controlar las bacterias frecuentes en la microbiota vaginal de mujeres en edad reproductiva de países asiáticos, de modo que podamos confirmar los resultados obtenidos en poblaciones con diversidad étnica.

Además, la correlación no implica una causa. Es decir, no hay evidencia directa que apoye la hipótesis propuesta por los investigadores: que la presencia de fusobacteria en el endometrio produciría endometriosis mediante menstruación retrograda.

Y por último, el modelo animal para estudiar la endometriosis es la hembra del ratón, que no menstrua ni déarrolla la fermentación de forma natural. Para inducirlo se requiere una estimulación hormonal y un injerto ectópico de tejido endometrial mediante cirugía o inyección intraperitoneal. En el caso de los roedores, se ha comprobado que Imitar solo algunas caracteristicas de la endometriosis humana.

Perspectivas de futuro

El grupo encabezado por el Dr. Kondo ofrece realizar un ensayo clínico con antibióticos a la mayoría si pueden ayudar a algunos de los síntomas de la endometriosis. Actualmente, la Universidad de Louisville (Estados Unidos) realiza un ensayo clínico evaluar el efecto de dosis bajas de metronidazol por vía oral para reducir el dolor postoperatorio tras la cirugía en esta fermentación.

Tal como hay como se ha señalado como la bacteria analizada en el nuevo estudio, Fusobacterias nucleadas, conocer la boca y la flora intestinal en individuos sanos. Sería interesante comprobar si su mayor presencia en el útero de las mujeres con endometriosis podría deberse a una contaminación con la microbiota fecal, favorecida por un acortamiento de l’istancia entre el año y los genitales en estos pacientes. Así lo propongo las hipótesis formuladas en nuevo grupo de investigación.

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Además, no todas las pacientes reclutadas en este estudio presentado F.nucleatum En el endometrio, donde hay más hipótesis que la endometriosis, se encierra desencadenada por múltiples factores. Tanto, es difícil encontrar una solución única para resolver o prevenir su desarrollo.

El avance en el conocimiento de una situación tan compleja requiere de un mayor esfuerzo en la investigación y mucha prudencia a la hora de comunicar los resultados para no generar falsas expectativas, principalmente en las pacientes afectadas. La buena noticia es que se está trabajando en ello y la solución está en camino.