abril 25, 2024

Solo el 3.5% de ancianos catalanes tiene un cuidador público en casa

Trabajo precario, falta de recursos, pocas horas de atención, nullas políticas de género y desigualdad entre comarcas. Estas son las principales deficiencias del Servei d’Ajuda a Domicilio (SAD), detectado por los analistas del Instituto Català de Evaluación de Políticas Públicas (Ivàlua) informa al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO. El texto también muestra experiencias de buenas que ya se aplican en algunas comarcas y políticas a implementar en el futuro. El documento fue encargado en 2019 por la Conselleria de Drets Socials, que quiere mjorar y apostar por una labor más preventiva del servicio de cocineros públicos que ofrecen los consejos a las personas dependientes que viven en su casa pero no pueden valerse por sí mismos. «Hay mucho camino de mejora», retomar Mireia Borrel, analista y coautora del informe. El ‘Gobierno’, de hecho, plantó un nuevo modelo, ‘SAED’, para aplicar este servicio a las experiencias comunitarias en las relaciones sociales, y coordinarlo con otros servicios, como la teleasistencia.

círculo de 70.000 personas dependientes en Cataluña abren la puerta, un diario, una persona que la un marellos cocaínaellos Ayuda para hacer la compra donde el limpia la casacon recursos públicos: ellos no tienen que contratar ningún servicio externo, sino que son los servicios sociales municipales los que se lo organizan. Un servicio básico, dando por hecho el envejecimiento de la población y que la mayoría de los dependientes quieren evitar, al máximo, tener que ingresar en un geriátrico. Pero, según el informe de Ivàlua, solo el 3,5% de los alcaldes de 65 años recibieron atención, aunque la ley de servicios sociales de Catalunya dicta que, como mínimo, debería llegar al 4% de cobertura. Los primeros datos provisiones muestran que en 2020 no se llegó ni al 3% de mayores de 65 años, ya menos del 20% de dependientes.

Una forma de Ivàlua significa la infrafinanciación de este recurso, desigualdad territorial y precariedad de sus trabajadores

Máximo dos horas al día

Este servicio de ayuda a domicilio se financia principalmente con dinero de la Generalitat y del Gobierno central, que aportan el 66% de la financiación, mientras que el resto del coste lo asumen los municipios. En 2019, el SAD costó 172 millones de euros, de los que el La Generalitat aporta 92 millones. Lo es servicio principal que el Conselleria de Drets Socials financia a los ayuntamientos. Pero esta portación es insuficiente. Según los últimos datos publicados por el Governlos usuarios de este servicio reciben de medios atención durante 30 minutos al día. La horquilla es entre 20 y 40 horas mensuales, así que los que reciben la máxima servicio tienen dos horas al dia de cuidadores. «No es suficiente», opinó Natalia Rosetti, coordinadora y autora del informe.

«La percepción ideal de muchos usuarios es tener al SAD Durante todo el día en casa: pero para hacerlo habria que multiplicar el presupuesto por 17. Hay que buscar fórmulas innovadoras para cubrir las necesidades y que el servicio sea sostenible», señala una técnica de la ‘conselleria’. «Aquí surge el problema de la desintegración económica: quien se lo puede permitir contratar a cuidadores durante el resto del día. Pero, ¿qué ocurre con los que no pueden?», plantó Borrell.

Trabajo preventivo

El SAD se divide en dos tipos de servicios. El que se tramita a través de las ayudas y valoración por la ley de dependencia (Triste adicción), y el que obedece a un criterio social, que dictan los servicios sociales (DSS sociales). El primero llega al 60% de los usuarios. El informa muestra que, a medida que han ido aumentando las listas de espera de la dependencia, los atendidos por el SAD Social han preocupado por el número de personas en lista de espera para el SAD dependencia o para una plaza en una residentncia. Esto hace, según notaron los técnicos de la Generalitat y apunta el informe de Ivàlua, que el SAD Social ha perdido su función, que es mucho más preventivo y que no solo va directa a personas mayores o dependientes, sino a hogares vulnerables.

Desigualdad en los pueblos

El informa denuncia también la desigualdad territorial. El transporte para llegar hasta las casas de estas personas eleva el coste del servicio 2,51 euros cada hora. Las autoras extraen datos de otro informe publicado donde se videncia que las zonas rurales, de montaña, y más despobladas reciben un 46% menos suministro de SAD allí se percibe, de los medios, Cuatro horas menos de atención semanal. «Cuando la población de montaña aumenta un 1%, la intensidad del servicio cae en casi una hora», concluyó el estudio. Por ejemplo, el Tarragonès, Vic, Palafrugell, Baix Empordà o el municipio de La Plana tiene muchos beneficiarios y horas de atención. En Urgell, Garrigues, Segrià, Calafell, Baix Penedès, Blanes y Valle d’Aran, ningún participante tiene derecho al 1% de los alcaldes de 65 años. Por su parte, Montcada i Reixac, Pallars Jussà y Alta Ribagorça se miden con un 9% de atención, y Solsonès supera el 10%, con un alto índice de horas de visitas. También destacan experiencias comunitarias e innovadoras en la comarca de Garrotxa y Pallars Jussà.

«Es preocupante esta desigualdad», señala el estudio. «El SAD es el mejor servicio en estos municipios sin recursos para los mayores y con altas tasas de envejecimiento», añade el informe. «La configuración del SAD y su financiación debería atender estas situaciones: no equitativo«, insiste. El informe también reveló que, aunque los municipios rurales tienen menos cobertura, los municipios urbanos que atienden a más personas, a su vez, les atienden horas menos».Es un juego de equilibrio entre necesidades y costos.«, cuenta Borrell.

Precariedad y subcontratación

Esta semana las trabajadoras del SAD de Barcelona protestaron por las precarias condiciones de su trabajo. El informa da la razón. «La calidad del servicio se ve afectado por la subcontrataciónque puede ser fuente de eficiencia, pero también supone una pérdida de control del servicio y de las condiciones laborales precarias», dicen los analistas en el documento. Sólo el 8% de los entes locales prestan el servicio de forma directa. El 84El % restante se subcontrata o subcontratahay un mar de forma total o parcial.

Hay muchas mujeres de este servicio con medias jornadas que no llegan a final de mesy la rotación y servicio es constante, por lo tanto falta formación«, cuenta Borrell. Los técnicos de la Generalitat recuerdan que en 2020 el Govern sufrió el precio que pagan por cada hora de atención, y cuentan que han comenzado un proceso de acreditación para evitar que grandes empresas multiservicio hagan negocio a costa de la atención a los más vulnerables.

Ceguera Generica

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El informe de Iválua usa en varios momentos el concepto ‘ceguera de género’. Este servicio de cuidados a domicilio es prácticamente femenino: el 70% de las usuarias son mujeres, como también lo son sus trabajadoras. Sin embargo, no hay ninguna política pública encarada a tratar este tema desde esta perspectiva. «Nuestras encontramos con muchas mujeres que no quieren el SAD porque tienen que asumir que son ellas las que tienen que hacer estas labores, y por lo tanto tienen menos horas de servicio que los hombres, cuando quizás lo necesiten por igual. Y también heno mucho rechazo a que los trabajos los hagan los hombres“, explica Borrell.

Telecuidados

Ante esta realidad, el Govern está trabajando en un nuevo sistema de cuidados a domicilio. El proyecto lleva las siglas ‘SAED’: Servicio de Ayuda al Entorno Domiciliario. Ello implica, por ejemplo, coordinarse con los servicios de teleasistencia de las Diputaciones, que en el caso de Barcelona además está aplicando técnicas de innovación digital. Pero no solo. «Es un tienda del pueblo que conoce a todos los mayoreslas farmacias, el vecindario… no podemos sacar a una señora de su casa porque la vivienda no está adaptada y llevarla a un barrio nuevo donde no conoce a nadie», sigue la trabajadora del departamento. «En el fondo, se trata de creernos el Estado del Bienestar: los cuidados. Creernos que esto es igual de importante que la sanidad, la educación o las pensiones“, insiste Rosetti.