«Soy tetrapléjica y me dicen que no puedo ser médico sin comprobar lo que puedo hacer»

Ella, dice, no fue consciente de lo que realmente le pasó hasta que reconoció al médico que la iba a operar, un neurocirujano con el que había hecho prácticas unos meses antes. “Fue un golpe muy pequeñito. Siem pensó pre que me iba a recuperar, pero no ha sido el caso”, cuenta a este diario. Sí ha obtenido muchos logros. Se quedó postrada en una cama y ahora es capaz de asearse sola, de maquillarse, de arreglarse el pelo, puede levantar hasta 12.5 kilos con los brazos y cada vez aguanta mas tiempo de pie. Hace rehabilitación a diario, vive con su pareja y tiene una persona que le ayuda un poco por las mañanas. «Dia a dia es un calvario. Sueño que ando y que hago de todo, pero cuando me despierto no puedo hacer nada», dice.

No hay problema. Tampoco lo hizo entonces. Su sueño siempre había sido cirujana, pasion que le viene de su padre, medico de esa especialidad. Con 16 años la llevó a una operación y desde entonces siempre supo que quería ejercer en un quirófano. Por eso, tras sufrir el accidente, tomó la decisión de continuar con la carrera. Y lo aprobó. Sin trabas. Presentó un certificado de discapacidad y cambió que adaptaran los exámenes a su situación, llegó a hacerlo desde el hospital, pero hubo quien no lo escuchó. Estando en el hospital de tetrapléjicos de Toledo, donde pasó nueve meses de su vida, se sumió a una prueba de la especialidad de endocrino, tenía que hacerla oral porque no podía escribir, no movía las manos. El profesor la desacreditó: «Me dijo que si no movía las manos para qué hacer medicina, que cómo iba a hacer el examen oral, que no estaba en las mismas condiciones que mis compañeros», recuperado

Sin importación. Siguió con su proposición. “Me daba igual porque me han dicho muchas veces lo que no puedo hacer y al final lo he hecho. Me dolió por mis padres, estaban allí delante”, por qué. Después hizo las prácticas en silla de ruedas en la Fundación Jiménez Díaz. Pasó por los quirófanos, por psicología, por psiquiatría, … Desarrolló el Trabajo de Fin de Grado (TFG) y recibió el título de Medicina en 2020. Fue un proceso largo y duro: “Lo he pasado muy mal estudiando porque el estrés y los nervios repercuten mucho en mi enfermedad”, explícito. Así c decidir apartar el MIR unos anosel siguiente paso a probar la carrera, y dedicado a la rehabilitación.

Acaba de aprobar el MIR

hasta eso in 2022 su hermana, también licenciada en Medicina y dos años menores qu’ella, apareció. Pensé que sería una oportunidad preparar juntas. Aprobar las espaldas. «No tenía adaptación, estudiaba con las piernas en alto por la hipotensión y con cojines porque por los espasmos se cruzaban las piernas”, recuperado. Sí tuvo que ‘reaprender’ an escribir: «Tuve que coger destreza para tomar apuntes, pero cogí mis mañas y aprobé», dice orgullosa. Su hermana fue su principal apoyo. “Estamos muy unidos, todos los resúmenes que me hacían los pasaban para que pudiera estudiar mejor, hicimos simulaciones juntas, … No creo que pudiera haberlo hecho sin ella”, reconoce.

Al final su hermana consiguió una plaza de Medicina Familiar y Comunitaria en Badajoz. Ella quería haber cogido Psiquiatría pero no le dio la nota, como queptó también por esa especialidad pero en el 12 de octubre de Madrid (no quiere moverse de la capital española porque es allí donde lleva a cabo su rehabilitación). Siempre quiso ser cirujana pero fue consciente de que, dadas sus circunstancias, en estos momentos era imposible. No lo descartaba para más adelante porque las nuevas tecnologías pueden ayudarla a ejercer. Pero ya ni eso lo cree una opción pues justo el día antes de incorporar a su plaza le comunicaron que no podía trabajar y que su contrato quedó roto. «En todo el proceso, todos fueron conscientes de mi discapacidad, es algo que se ve. Fui a firmar el contrato a la unidad docente y tuve que agarrar el boli con las dos manos.lamentó

Tras esa rubrica se sometió al examen de salud laboral, pero el resultado fue “no apto” porque «no podía hacer lo básico, como es explorar”. Se lo comunique a través de un correo electrónico. “Se me vino el mundo encima, todo mi esfuerzo no ha servido para nada. Todo el mundo estaba para que no ejerciera en lugar de para ayudarme”, renunciar. Está convencida de que puede ser una buena médica. «Primero ponme a prueba y luego me dices que no puedo hacerlo, pero no han valorado eso. Con las ayudas aplicables puedo ser una buena médica. Pocos médicos pueden decir que han sido pacientes Durante tanto tiempo”, comentario.

Pidió otra plaza que ahora también está pendiente

Tuvo que solicitar una prórroga para no perder su plaza y al poco tiempo le información de que podría optar a cambiar de especialidad. Pidió Psiquiatría, Radiodiagnóstico, Nefrología, Alergología y Medicina Nuclear, las que ella creía que podía ejercer y le gustaban. pero también se las denegaron porque estaban todas las plazas cubiertas (hay cupos para discapacidad pero solo se ofrecen las plazas que quedan libres una vez que todo el mundo escoge).

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La única especialidad a la que podía acceder era Medicina Preventiva. No le gustó, pero no le dejó otra opción. “Decidí cogerla porque no puedo estar más tiempo sin ingresos. Para mi lesión tengo muchos gastos en medicinas, rehabilitación,… y no puedo estar siempre dependiendo de mis padres”, explicó. Pero el camino se ha vuelto a truncar. A última hora de ayer recibió un correo del Ministerio de sanidad para comunicación de que su petición quedó en suspenso y tenía que ser avalada aún por la comisión nacional de medicina preventiva. No pueden asegurarle «en qué año ni en qué condiciones» va una incorporación.

Se siente “frustrado” y “engañada”. «Estoy desgastada y agotada de pelear por algo que ya consiguió», se resignó. «No sé cómo puede estar tan deshumanizado todo, en todo este proceso no he visto cara a cara a nadie. No pueden hablar de inclusión y de que faltan médicos y yo estoy deseando ayudar y trabajar y no me dejan», en ese caso. «Tengo mucha perseverancia, pero después de esto último tengo la sensación de que están jugando un partido y yo soy la pelota, pero voy a seguir luchando para ser lo que quiero».