Tsunami de contagios de covid en China: «La situación es mala de lo que llora, mucha gente se está muriendo» | Empresa
Beijing, en medio de su mayor ola de contagios desde el brote de la pandemia de covid-19, está viviendo dos paralelas realidades. Por un lado, la situación en los hospitales es grave, tal y como se temía, por eso las autoridades aseguran que extiendan la ferrea aplicación de la política de covid cero tanto como puedan. Pero, por otro, desde el fin de semana, la capital china está dejando estampas de malls y restaurantes abarrotados de familias que ya han pasado la enfermedad y que, una vez recuperadas, lenzan a las calles a ver las luces navideñas, a Comprar regalos oa disfrutar de pasatiempos como patinar sobre hielo. Este diccionario que se aprecia en la capital urbana ya no está lejos de donde se da en las principales ciudades del país. La mayor preocupación del Gobierno, sin embargo, se centra en las zonas rurales, que hay preparación ante un inminente zarpazo de infecciones con motivo de los desplazamientos masivos por las vacaciones del Año Nuevo lunar.
La inquietud se extiende a otros países. Desde que China anunció la eliminación de las cuarentenas para los viajeros procedentes del extranjero y la renovación de los gateways de sus nacionales para que puedan ensuciar al exterior, varios Estados han impuesto o se están plantando aplicar restricciones, en parte por la poca transparencia con la que considerando que Pekín maneja los datos de la pandemia. EE UU ha anunciado este miércoles por la noche (hora española) que requerirá una prueba negativa a los viajeros procedentes de China. Washington suma así a Italia, Japón, Taiwan e India, que ya lo habían anunciado, mientras que un portavoz de la UE ha asegurado que la Unión permanente ce tenta y está lista «para usar el freno de emergencia si es necesario», informe Silvia Ayuso.
“La situación actual no invita al optimismo. No sé si el pico de decesos lo hemos pasado ya o cuándo lo pasaremos. Lo único que puedo compartir es que la situación es peor de lo que se cree y que mucha gente está muriendo. No diré nada más”, zanja la doctora Jia tachada de un mensaje de WeChat. Jia trabajaba en urgencias en un hospital de Pekín que, asegura, estaba saturado. “Tenemos muchos pacientes, muchos de ellos con otras enfermedades subyacentes, que se encuentran en estado grave. En realidad, los recursos médicos son insuficientes, no tenemos tantas medicinas ni equipos como esperábamos. Estamos muy cansados. Apenas tenemos descansos porque hay un gran descanso de lo personal a estos momentos. Venimos a trabajar estado enfermos, pero, aun así, no nos venimos abajo”, describe.
En una publicación que difundió el martes por la noche en sus momentos de WeChat (similar al muro de Facebook), esta médica aconseja a sus contactos con familiares mayores o que padezcan otras enfermedades que protejan a sus parientes: «La realidad es que para ver a doctor hay que esperar, como mínimo, cuatro horas en Urgencias, y quizás hasta un día entero para que te puedan rehidratar. , aunque se lo quieran recetar, no hay medicamentos. Aunque yo quiera hacer un reconocimiento médico exhaustiveivo y poner un ventilador, no puedo, porque no hay médicos y enfermos suficientes. Así que, por favor, cuídense”, ruega en su escrito.
Las semanas más peligrosas en China
Epidemiólogos occidentales alertan de que China está ante la semana más peligrosa desde el estallido del shock santé a principios de 2020. de protestas entre distintos sectores de la población, requiriendo una flexibilización de los ferreos protocolos que penden casi tres años han dictado la vida de arriba 1.400 millones de habitantes. El cambio, que ha producido cuando el país ya venía haciendo frente a su mayor brote de infecciones y en pleno invierno, ha provocado un tsunami de contagios que está poniendo su sistema de salud contra las cuerdas.
El domingo, funcionarios de la provincia de Zhejiang, hogar de 65 millones de personas, anunciaron que el número de casos diarios superaba el millón, mientras que los de la ciudad portuaria de Qingdao, de 10 millones, estimaron que alrededor de 500.000 personas se establecieron contagiando cada de diámetro Los datos contrastan enormemente con la versión oficial de la Comisión Nacional de Salud, que en esa revista dominical publicó solamente 4.103 nuevos casos en todo el país, antes de comunicar que, en lo venidero, dejaría de cifras diarias relacionadas con la covid-19 .
Suponiendo que al final de las restricciones del vino acompañadas de una ronda de 180 grados en la narrativa oficial respecto a la gravedad del confinamiento, los estamentos mediáticos también estarán haciendo un llamado a quedarse en casa para evitar la saturación de los hospitales. La celebración del Año Nuevo lunar, entre el 21 y el 27 de enero, es motivo de preocupación para los epidemiólogos chinos, que alertan de las dos próximas olas de contagios producirán a cause de los desplazamientos masivosdurante las vacaciones. Mientras que la ola actual está saliendo principalmente a las grandes ciudades, las otras llegarán a las áreas rurales, cuyos sistemas sanitarios son muy deficientes.
La cifra real de muertos
«Estamos atravesando el momento más duro en mis 30 años de carrera», asevera Zhu Huadong, directora del Departamento de Emergencias del Peking Union Medical College Hospital, en un reportaje emitido por el canal internacional chino CGTN. “Más del 75% de los pacientes se encuentran en estado grave, es un defio sin precedentes”, agrega. EL PAÍS ha podido comprobar este miércoles que en el Hospital de Chaoyang (Pekín) es imposible conseguir una cita en Neumología hasta la segunda semana de enero. En la clínica de fibras, ubicada en un edificio vecino, había filas de pacientes esperando a ser atendidos. Según se aprecia en las fotografías publicadas por el diario nacionalista Diario de Chinala unidad de cuidados intensivos de ese mismo hospital está llena de pacientes, en su mayoría ancianos, algunos de los cuales respiran a través de ventiladores.
In los medios estatales, sin embargo, no hay ni rastro de que esté produciendo un incremento en el número de desaparecidos, como ha confirmado personal sanitario y de funerarias a este periódico en las últimas semanas. Oficialmente, China solo ha registrado 5.245 muertes por covid desde el comienzo de la pandemia, y un período de diez años desde la reaparición. Las autoridades sanitarias excusan en que la nueva metodología para contabilizar los fallecimientos es solo reconocer aquellas muertes cuya causa primaria sean neumonías o fallos respiratorios, un enfoque diferente al que aplica en el resto del mundo y que ha recibido las críticas de los expertos. En cambio, la organización británica de análisis de datos sanitarios Airfinity estimó la semana pasada en unas 5.000 personas en un diario y el número total de muertes podría oscilar entre 1,3 y 2,1 millones durante el invierno.