Una comisión investigará la política polaca hacia Rusia de gobiernos anteriores

Una vez sancionada su creación, la comité parlamentario Sobria la influencia de Rusia en los gobiernos polacos entre 2007 y 2022 se creará una propuesta del partido de gobierno Ley y Justicia (PiS) y estará integrada por el presidente del ejecutivo, Mateusz Morawiecki, y ocho parlamentarios de su elección. Su objectivo oficial será esclarecer las posibles injerencias del Kremlin en la política polaca de esos años y castigar a «las personas responsables de actuar bajo la influencia de Rusia en detrimento de los intereses polacos». Entre sus atribuciones estará la de imponer la inhabilitación para el ejercicio de cargo público que implique el acceso a los fondos del Estado por 10 años a los declarados culpables, sin posibilidad de recurso.

También podrá exigir la comparcencia, cuantas veces lo considere necesario, de quien sea investigado, bajo multa de 11.000 euros si no coopera y estará facultada para acceder a documentos clasificados, ordenar actas y recabar pruebas, a pesar de tener carácter parlamentario y judicial. Podrá perseguir la firma de contratos de importación con empresas rusas o la concesión de obras públicas a personas o empresas radicadas en Moscú.

Su primer informa se espera el 17 de septiembre, en plena campaña electoral, y la oposición considera que se trata de un proyecto anticonstitucional y que esta «Lex Colmillo» está expresamente pensada para desacreditar al líder opositor y líder de la centrista Plataforma Cívica (PO) Donald Tuskal que el PiS acusa de haber mostrado demasiado blando con Rusia cuando fue primer ministro entre 2007 y 2014.

Tusk estuvo de acuerdo con contratos de compra de gas y podría ser juzgado ahora por ello. En septiembre de 2022, el viceministro de Agricultura de Polonia, Janusz Kowalski, aseguró que el objetivo de esta comisión sería “llevar al prorruso Tusk ante un tribunal y meterlo en la cárcel”. El presidente del partido de gobierno polaco, Jaroslaw Kaczynskideclaró en abril del año pasado por su parte que el gobierno encabezado por Tusk «encubrió» con el objectivo de facilitar una «macabra reconciliación con Rusia» el accidente de Smolensk de 2010, en el que el entonces presidente Lech Kaczynski, el hermano de Jaroslaw y otras 95 figuras políticas polacas fueron, a su juicio “asesinados”.